Y he aquí una lista mucho más polémica que la anterior, sobre todo porque incluye películas premiadísimas y aplaudidísimas. No están las entregas de este año de Von Trier, Shyamalan y Michael Bay simplemente porque no he podido con ellas: la vida ya es suficientemente dura, y más en este país de chorizos mantenidos por borregos. Cuerpos especiales no entra por los pelos. Y los enlaces de descarga, una vez más, pinchando sobre los títulos.
10. LA GRAN BODA, de Justin Zackham. Un reparto de los que se suele llamar “de campanillas” para una comedia romántica de enredo tan bobalicona y pastelosa que la función ni siquiera merece la pena por los actores. Aburrida de solemnidad.
9. LA VIDA DE ADÈLE, de Abdellatif Kechiche. Algún crítico tontaina lo ha llamado “verdad”. La sinceridad, en todo caso, no puede traducirse en una total condescendencia con los personajes y sus vicisitudes, como haciendo tabula rasa de cualquier realizador que, a lo largo de la Historia, ha arrojado una mirada crítica sobre lo que filmaba. Este tebeo naïf (porque la película, efectivamente, está basada en una novela gráfica) tiene la altura intelectual de su protagonista dieciochoañera. Contando además que está rodada casi exclusivamente en primeros planos (ya decía el maestro Wilder que nunca hay que abusar de ellos), a mí estas tres horazas se me llegan a antojar involutivas. Pues a “esto” le otorgaron la Palma de Oro en Cannes… NOTA: solamente disponible con subtítulos en inglés, pero se trata de el único enlace de descarga disponible de esta película.
8. POR LA CARA, de Seth Gordon. Tercera comedia en calidad descendente del director de Como en casa en ningún sitio. Puede que intente ser Mejor solo que mal acompañado, pero se queda en una Exposados con mucha moralina. Jason Bateman está aceptable.
7. TRANCE, de Danny Boyle. Empieza como un thriller sofisticado de ladrones de guante blanco tipo London Boulevard; a los pocos minutos emergen las trampas como en una de David Mamet; pasada la media hora, le vemos las intenciones: Boyle se ha querido medir con el Christopher Nolan de Origen; después, el desbarajuste es tal que ya nada importa. El premio al galimatías narrativo más pretencioso del año se lo lleva el señor Danny Boyle, postmoderno de profesión.
6. EL ÚLTIMO EXORCISMO 2, de Ed Gass-Donelly. Secuela por todo el morro y despachada muy aprisa y sin ningún cuidado, aunque lo peor en realidad es su argumento: el diablo Abalam vuelve a poseer a Ashley Bell… ¡¡¡porque se ha enamorado de ella!!! No es por no alabarle el gusto a esta criatura del Averno, pero habiendo tantas actrices para poseer, probablemente yo elegiría a otra. Una pregunta: ¿y qué diablo poseyó a Maribel Verdú y Candela Peña en la gala de los Goya de este año?
5. LA GRAN BELLEZA, de Paolo Sorrentino. Este bodrio larguísimo, pretencioso, hortera, falsamente felliniano y anacrónico hasta lo vergonzante ha hecho aplaudir al unísono a los críticos del mundo entero, lo que a estas alturas resulta garantía de pufo. Un escritor sexagenario que ha publicado una sola novela va de fiesta en fiesta. Entre medias, algún arranque surrealista para invocar a Fellini y que los críticos piquen el anzuelo… y en realidad, esto último viene a ser lo más surrealista de la jugada.
4. EFECTOS SECUNDARIOS, de Steven Soderbergh. Soderbergh, como Derek Cianfrance, nos ha dado este año una buena y una mala, o en este caso más bien una excelente y una horrorosa. Este thriller estrambótico de medicamentos y lesbianas al principio se sigue hasta con interés, pero, a la luz de un desenlace ridículo, de esos que lo explica absolutamente todo para espectadores cortitos tipo El caso Slevin, no le quedan a uno ni ganas de risotada. Mi consejo es desecharla y pasar directamente a esa maravilla que es Behind the candelabra.
3. EL CONSEJERO, de Ridley Scott. En este momento, nos siguen pareciendo misteriosos a casi todos los motivos por los cuales Ridley Scott se decidió a filmar este guión farragoso de Cormac McCarthy, donde una trama criminal muy mal explicada se entierra entre toneladas de sentencioso bla-bla-bla. Y eso por no hablar del reparto… Por lo que a los españoles toca, una totalmente incompetente Penélope Cruz y Javier Bardem transformado en lo que parece un teleñeco. ¿Sabéis, queridos lectores, esas películas de las que se dice que son buenas de puro malas? Esta, de puro mala, es peor.
2. SCARY MOVIE 5, de Malcolm D. Lee. Se llama Scary Movie 5 y yo reconozco que me reí alguna vez más, pero es que Lindsay Lohan y Charlie Sheen juntos son capaces casi de cualquier cosa… excepto de darle lustre a una comedia que, una vez esfumado el prólogo con ellos dos, se hace eterna, con los gags imbéciles y casposos habituales de la saga, de los que más o menos el 95% tiene menos gracia que un cáncer de próstata.
1. NIÑOS GRANDES 2, de Dennis Dugan. Si alguien pudiera tragarse los peores vicios de la comedia adolescente grosera y los de la comedia familiar de toda la vida y defecarlos juntos, el resultado sería Niños Grandes 2. El tal Dennis Dugan ya renuncia por completo a la narración al uso, amontonando situaciones y gags copiados de otros sitios como quien copiara un dibujo utilizando heces en vez de rotuladores. Una verdadera deyección cinematográfica.
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