2015: otro año bastante malo que ha dejado bastante buen cine. De hecho, la elección de solo una decena películas no ha sido fácil, y mucho menos ordenarlas entre sí del diez al uno. Y, para tirar un par de pullazos a la competencia, me siguen alucinando esos rankings de “lo mejor del año” que se hacen casi dos meses antes de que este acabe. O que incluyen solo cine americano y de los Óscar. O que encumbran el pensamiento único del “gran” Spielberg y las espadas láser. Y ya, sin más dilación…
10. LA VISITA (M. NIGHT SHYAMALAN). En un pasmoso ejercicio de reinvención, el director hindú se saca de la manga casi la película definitiva de terror barato y cámara en mano, demostrando que las ínfulas se llevan fatal con el entretenimiento y que es mucho mejor ser un maestro de la serie B que intentar colmar las expectativas de genio. Se ve sin pestañear y sí, da mal rollo y bastante miedo. Ojalá Shyamalan siga por este camino y no vuelva a las andadas…
9. EL PADRE (FATIH AKIN). Cuanto más tosco, también más visceral e indeleble: es el milagro de un director de trayectoria ejemplar pero no apto para todos los paladares. Casi dos horas y media de antibelicismo tópico y giros folletinescos, pero también de ambición desmesurada, maestría técnica y de una pegada emocional que nadie ha superado este año. Entre la obra maestra y el culebrón, aunque se acerca más a lo primero.
8. THE MARTIAN (RIDLEY SCOTT). Entretenidísimo y buenrollista filme de aventuras espaciales escrito por el director de The cabin in the woods y rodado con un brío que Scott no sacaba desde American gangster. El equilibrio entre las acciones paralelas y el crescendo final son para estudiarse en escuelas de cine, aunque lo más asombroso que nos descubre The martian es que el suspense interplanetario y la música Disco casan a las mil maravillas.
7. SICARIO (DENIS VILLENEUVE). Un thriller sobre la guerra contra el narcotráfico que, efectivamente, contiene pasajes propios del cine bélico, pero que está planteado como un western. Sin embargo, lo mejor es su mirada implacable y sin asomo de maniqueísmo o didactismo; es decir: Villenueve trata a sus espectadores como adultos, al contrario que Spielberg o J.J. Abrams. Te tiene clavado a la butaca las dos horas que dura. Emily Blunt merecería todos los premios de interpretación existentes.
6. NOSOTROS Y YO (MICHEL GONDRY). Gondry vierte un jarro de agua fría sobre todos aquellos que le acusaban de manierista e histérico. Una película que transcurre en su totalidad en un autobús y que solo incluye a actores no profesionales, casi todos adolescentes. Y, no obstante, Nosotros y yo resulta tan hipnótica como La espuma de los días, aunque contenga por defecto su exuberancia visual, o precisamente por ello.
5. VICTORIA (SEBASTIAN SCHIPPER). Y aquí tenemos la película sobre atracos imperfectos más singular que se ha hecho nunca, y no solo porque prolongue un plano-secuencia durante 140 minutos, sino porque acerca el policiaco a la mística de la celebración colectiva y nocturna, a la música electrónica y al subidón de las drogas. Prima hermana de Spring Breakers y Enter the void, y, en mi modestísima opinión, tan buena como ambas. Inmensa la barcelonesa Laia Costa.
4. AMY (ASIF KAPADIA). La exhaustividad y el rigor no están reñidos con la emotividad, y al final este acercamiento lo más objetivo posible a la biografía de la cantante consigue la paradoja de configurar un retrato de total mitomanía. Y no era para menos. Si no existieran Rock City, El peor Dios ni Scorsese, tal vez tendríamos entre manos el mejor documental musical de todos los tiempos.
3. PRINCESA (LEE SU-JIN). Y, hablando de Scorsese, fue uno de los primeros en reivindicar esta película surcoreana muy pesimista, sí, pero narrada con inusitado apasionamiento. Retrato de una adolescente hermética y atormentada, denuncia de una suerte nada envidiable y, de nuevo, transmisión del mensaje de que el pasado siempre vuelve. Pero todo ello rematado con un final más vitalista imposible, y también el mejor que este bloguero ha visto en todo el año.
Michael Keaton as “Riggan” in BIRDMAN. Photo by Atsushi Nishijima. Copyright © 2014 Twentieth Century Fox.
2. BIRDMAN (ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU). Una megalómana y extravagante película que, al igual que Victoria, está rodada –al menos aparentemente- en un único plano-secuencia. Una visión de la profesión de actor sarcástica, surrealista y cercana al paroxismo. Al arrasar en los Óscar, muchos creyeron que se trataba de una película más accesible y capaz de contentar al gran público. La polémica la acompaña, pero eso forma parte de su grandeza.
1. DEL REVÉS (PETE DOCTER Y RONNIE DEL CARMEN). Y permítaseme la licencia de citar a un crítico profesional, en este caso a Sergi Sánchez: «Es una obra maestra absoluta (…) Es una película densa y conceptual de una ligereza que alegra el día. Es cine que existe para hacernos felices». No creo que haga falta añadir más…
E igual de buenas pero quizá no tan significativas –y añadiendo también algún estreno en DVD- me han parecido Mistress America, Alma salvaje, Nightcrawler, Amor sin cita previa y Carlitos y Snoopy. También me parecen destacables Mad Max, El club (a pesar de su horrible fbactura y su pésima fotografía), Una historia real, Insidious 3, Dando la nota aún más alto, Aloha y Dark places. Y en los albores del año nuevo, la mucho más esperada lista de peores películas.
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