Me he pensado muy mucho cómo afrontar la segunda parte, ya un poco tardía, sobre 2012. Siempre le dedico un hueco a los mejores actores (John Hawkes, Clooney y Michael Fassbinder en este caso) y actrices (Charlize Theron, Elizabeth Olsen y Stephanie Sigman). Me gustaría haberle hecho un rincón al cine español, que este año ha tenido la cuota de pantalla más alta de los últimos 27 años. Y me gustaría haber mencionado también algunas películas de género que me han entusiasmado o gustado bastante: La hora más oscura, Somos la noche, Looper o Los Vengadores.
Sin embargo, coincide que hoy he recibido mi primer insulto digital por ejercer mi labor crítica y divulgativa desde este humilde blog, así que llega la hora de seguir soliviantando al personal, de seguir creando polémica, que al fin y al cabo es lo que da celebridad y visitas. Total, que si publiqué la lista de los diez mejores estrenos de 2012, aquí van los diez peores:
10. SKYFALL, de Sam Mendes. Una cosa es el mamotreto de El caballero oscuro, tres horas de Christopher Nolan con un final de auténtica traca, pero nolanizar al mítico espía 007 ya pasa de castaño a oscuro. Mendes, que nunca fue santo de mi devoción, despoja a James Bond del poco glamour que le quedaba: escenarios sórdidos y derruidos, traumas infantiles, una espectacularidad muy limitada y un malo que también lo es en la vida real: Javier Bardem, pero con un pelucón blanco que ni Tom Hulce en Amadeus. Para detractores de la saga.
9. HOLY MOTORS, de Leos Carax. Pues he aquí el filme de la polémica, genial para algunos y disparatado para otros, el más original o el más soporífero del año. Quizá no llegue a la mera tomadura de pelo, pero es obvio que esta sucesión de ocurrencias por lo general entre tontas y casposas está pasadísima de pretensiones.
8. RUBY SPARKS, de de Jonathan Dayton y Valerie Faris. La mismísima nieta de Elia Kazan (será que el talento se salta dos generaciones) escribió y protagonizó esta fantasía machista en la que un autor de éxito consigue dar vida a una chica simplemente escribiendo sobre ella. La escena en la que la obliga a cantar, desnudarse e imitar a un perro todo seguido debería pasar a la historia de la infamia cinematográfica. Pésimo lo nuevo de los directores de Pequeña Miss Sunshine.
7. INTOCABLE, de Olivier Nakache y Eric Toledano. Sentimentalismo a granel para público de multisalas. No hay el más mínimo atisbo de malicia –ni de sutileza- en todo el metraje ni en ninguno de los personajes. Todo es tan ideal que difícilmente puede constituir una representación de la vida. Hartazgo de buenrrollismo multirracial y con los discapacitados.
6. SIN RASTRO, de Heitor Dhalia. Ya estamos acostumbrados a que la excelente y preciosa actriz de Los miserables nos dé una de cal y otra de arena. Este thriller torpón y más oscuro que el sobaco de un grillo se lo ha tomado a chufla casi hasta su último espectador, y por algo será (atentos al desenlace…). Hay que ser muy fan de Amanda Seyfried simplemente para soportarlo entero. Enlace de la crítica aquí.
5. RED STATE, de Kevin Smith. Lo increíble es que este giro al infierno de Smith tosco, deslavazado, de diálogos romos y a la postre indigerible se alzara con el premio a la mejor película en el festival de Sitges. Smith sigue más perdido que Jack Shephard, y cada vez que prueba algo nuevo disparata más. Mucho me temo que se ha quedado en otros tiempos.
4. DEVIL INSIDE, de William Brent Bell. Y vamos con una de las cintas de terror peor rematadas de todos los tiempos. Vale que intenta recoger las migajas de Paranormal Activity y El proyecto de la bruja de Blair; que emplea trucos de guión que les parecerían burdos a los que escriben la serie El barco; pero ese final contra toda lógica interna y externa mosquea al espectador más pintado. Enlace de la crítica aquí.
3. SOMBRAS TENEBROSAS, de Tim Burton. Desaguisado cinematográfico total que demuestra que la veteranía no es un grado si el veterano es el tuercebotas que va de genio rarito Tim Burton. Los desesperantes últimos 40 minutos, en los que Burton desprecia cualquier atisbo de lógica cinematográfica metiendo, sacando y transformando personajes, probablemente sea lo que se me ha hecho más cuesta arriba -audiovisualmente hablando- de todo el año. Hacen falta tragaderas. Enlace de la crítica aquí.
2. INFILTRADOS EN CLASE, de Phillip Lord y Chris Miller. Pero para comedias pésimas, esta adaptación de una serie de los 80 con tópicos por doquier y gags entre lo televisivo y la serie Movie (ya se sabe, Superhero Movie, Disaster Movie). Por ejemplo: uno de los policías es incapaz de recordar los derechos que se leen a los detenidos y que todos nos sabemos de memoria, y uno de los detenidos acaba con su propio pene entre los dientes. Irritante y vitanda. Enlace de la crítica aquí.
1. OUTRAGE, de Takeshi Kitano. Otro gran director de tiempos pasados al que ahora no le importa usar como su mayor arma cinematográfica la desfachatez. Outrage va a piñón fijo, es cutre, ramplona, está mal rodada y su violencia subidita de tono deja indiferente. Kitano debería probar a renovarse un poco, aunque esperemos que no le ocurra lo que a Kevin Smith…
Y, sin ser tan execrables como la mayoría de las de esta lista, sino simplemente fallidas, cabría citar la ya mencionada El caballero oscuro, la comedia Sácame del paraíso, el debut de Angelina Jolie En tierra de sangre y miel, la imposible Sin tregua, la obsoleta a pesar de su temática El capital y Take Shelter, que les ha gustado a casi todos.
Y con esto doy por finiquitado 2012 y nos metemos de lleno en la carrera de los Óscar y los Globos de Oro. Entre otras cosas.
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